viernes, 23 de febrero de 2018

Kedada Morellenca


                                 Kedada Morellenca

Esta vez os voy a contar una aventura más, de fin de semana, una kdda. De esas con furgoneros, esta vez la escusa era una calçotada en el Morell,  los hombres del tiempo y las previsiones meteorológicas, decían que llovería el viernes por la noche y el sábado por la mañana, no sabían que estos jóvenes organizadores tienen alguien influyente en las alturas y los pronósticos catastróficos darían paso al sol que cada año nos acompaña, todo discurría normalmente, comiendo, bebiendo, compartiendo aventuras, chafardeos varios, conciertos de media noche, etc. Como ya era la sexta vez que acudía ya me dejé llevar, ni siquiera hice fotos, había otros más profesionales, con drones, escaleras y mejores equipos, espero que también tengan el buen ojo y quieran compartir sus trabajos con todos los demás.

El domingo por la mañana me fui a dar un paseo, tenía que saludar el entorno y dejar descansar a los que cada año les doy la lata poniendo a prueba su paciencia conmigo, ya me conocen y se lo toman como algo que tienen que soportar si quieren comer los calçots tranquilos, mientras como soy muy pacífico, también necesitaba relajarme para las despedidas que siempre son un poco tristes, para disimular se dice hasta la próxima y que sea pronto, pero en realidad sabes que pasará mucho tiempo en que vuelvas a encontrar a la mayoría de ellos.


De vez en cuando visitábamos La Tipo, una foodtrack de unos amigos que cada año nos acompañan para que no nos falte de nada, buenos bocatas, mejores creps, cafés con desinfectantes y el mejor servicio de esta encantadora pareja de buenos amigos.


Para que las despedidas no fueran tan amargas, los organizadores con la colaboración de un patrocinador vermutero, nos subieron los ánimos, luego empezaron las entregas de premios, como nunca me toca nada, yo me fui a comer tranquilamente, casi acabando oigo que nombran mi nombre por los altavoces, ni caso, será una broma, pensé, seguían insistiendo, incluso me vinieron a buscar, me acerco y había sido agraciado con un vale para la inscripción del año que viene, hasta aquí todo normal, estaría obligado a volver el año que viene, si puedo estaré encantado, pero ellos se estaban obligando así mismos a organizarla otra vez.






Les doy las gracias por el regalo y cuando me marchaba me vuelven a llamar, tenemos para ti otro premio, vale (espero que esta vez será una furgo nueva les dije,) no llegamos a tanto, pero como cada año as colaborado con nosotros te hacemos entrega de la sudadera del club, fui incapaz de articular una palabra y menos un discurso por tan grande distinción, sin darme tiempo  a tomar aire para recuperarme, se pusieron en fila y me fueron pasando de los brazos de uno al otro, para darme cada uno un abrazo, (de esos sinceros que te crujen el alma) para darme la bienvenida como uno más de este selecto grupo, mis emociones ya no cabían en el espacio que tengo reservado en mi corazón para ocasiones importantes, cada poro de mi piel dejaba escapar una gota de felicidad, las entretelas derrotadas por los sentimientos apenas mantenían mi cuerpo de pie, algún fortachón me abrazó con tanta fuerza que le dije, (un viejo como yo ya no puede con los ímpetus de los jóvenes) luego las fotos de rigor, en cuanto me pude escabullir, volví a mi furgo, dentro respiré a fondo tres veces para controlarme, después me tomé un sorbo de la pócima milagrosa que guardo para cuando me falta el aire.

Recuperadas más o menos las fuerzas, empecé a recoger el campamento, tenía ganas de contárselo a mi almohada, para no perder tiempo cogí la autopista, sabía que la noche sería larga para poner en orden todo lo vivido, volví a releer las crónicas de las anteriores quedadas, para que mi almohada supiera darme un consejo, por fin a altas horas de la madrugada caí dormido, por la mañana volví a envolverme en los recuerdos hasta que mi almohada me dijo que tenía que daros un millón de gracias, también que debería contarlo a todos los furgoneros que dedican su tiempo a organizar estas kddas. Para que el espíritu furgonero siga aumentando cada día.

Que quede claro mi agradecimiento al club de los avellaneros, ya sabéis que podéis contar con migo para lo que haga falta, sin necesario de darme estas maravillosas sorpresas, creo que soy el primer furgonero de España, desde el año 1979, contar con mis aventuras vividas si os sirven de algo.

A los demás gracias por dejarme compartir con vosotros otra kedda. más, perdonen mis chafardeos y bromas con poco gusto, tengan en cuenta que cada vez serán peores, será difícil que mejore.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejame un comentario

Archivo del blog