lunes, 17 de julio de 2017

PEPE EL PASTOR DE POLLOS



   Pepe el pastor de pollos.
Hay días que uno no quisiera tener, pero como tenemos que estar a las duras y a las maduras, echamos pecho a lo hecho, aunque nos duela el alma, hoy me siento como Pepe Botero, como algunos no sabéis quien es este señor os lo cuento, Pepe Botero era un hombre del pueblo, también cuidador de pollos como yo, cierto día se despertó con malas sensaciones, el pobre desesperado se fue a rezar a la iglesia para que Dios le perdonara sus pecados, mientras un milano se llevo sus pollos, cuando regresó y vio la desgracia, volvió a rezar para pedir a Dios recuperar sus pollos, los malvados vecinos del pueblo se rieron de él y para jactarse le cantaban una cancioncita que decía.
Pepe Repepe era pastor de pollos,
Vino el milano y se los llevó todos.
Pepe lloraba y el milano cantaba,
Pepe le decía ojalá reventaras.

Pues yo me siento igual que el pobre Pepe, mi mujer, dueña y señora de los pollos, porque yo se los regalé y cuidé, decidió que dos tenían que ser el menú de este domingo, el viernes, me marché a dar un largo paseo por la montaña, lo suficientemente largo para que ayudada por alguien terminara la fechoría,  cuando regresé ya estaban en la bodega a serenar, no pude contener un suspiro salido desde mi alma, recuperado mi aliento quise inmortalizar sus cuerpos desnudos para tenerlos en mis recuerdos.
El domingo por la mañana, también me fui a pasear, cuando regresé el olor a guiso se sentía por todo el pueblo, destapé la cazuela para ver lo que quedaba de mis amigos, un rubor recorrió todo mi cuerpo, cabreado, marché a ducharme sin saber cuál sería mi menú, luego más relajado, reflexioné tumbado en el sofá, cuan dura es la vida y que malos tragos nos da a veces, es ley de vida decía mi abuela, la naturaleza es muy sabia y casi perfecta, para vivir unos seres tenemos que matar a otros animales o plantas y que estas también matan a otras para su supervivencia, incluso nosotros seremos alimento de otros animalitos que reciclaran nuestros restos, también que los minerales sufren en silencio nuestros ataques, por eso las piedras se ponen en nuestro camino para hacernos caer y nos demos cuenta que las hacemos sufrir.
Yo pensaba que algunos matan por placer y otros disfrutan explotando a otros de su especie, incluso mis pollos, casi todos maltratan y someten al más débil de la manada, gracias a los invitados que me hicieron ver que no todos somos crueles con los demás, la mayoría nos ayudamos y damos la mano a aquellos que se cayeron al tropezar con una maldita piedra.
Después de todo esto me invitaron a participar del festín, luego pensé que otras veces también había comido pollos criados y matados por otros y que al fin no era tan grave, tomé un trago de vino, luego saboree hasta el jugo que se deslizaba por mis dedos, incluso pensaba que yo había colaborado en su crianza y que me merecía tan suculento manjar, luego los postres, los cafés, los chupitos y las cerezas del orujo.
Por la tarde en mis ratos de pensar, me di cuenta que yo también era un hipócrita igual que muchos miles más que viven en contra de sus convicciones. 

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