LA GRANJA 2

Un año más, nos reunimos hacer nuestras plegarias, cura de ayuno y humildad en este decadente
monasterio.

Pero que sus ocupantes posiblemente muertos, desde el cielo siguen impartiendo paz, amor y perdón a todos los que se acercan a su antigua morada, los pecadores deben dormir en sus alrededores y contarle a su almohada, todos sus males y pecados, ella transmitirá a los monjes que están el limbo todas y cada una de sus peticiones, el milagro casi siempre se produce, quiero decir que sus plegarias se cumplen y quedan limpios de pecados y malos pensamientos, incluso un amigo (ya un poco viejo y decadente) dice que cada vez que viene se produce el milagro de conseguir renacer alguno de sus miembros ya muy decaídos.

El caso es que iluminados por estas luces celestiales, unos dos cientos pecadores, ya habituales celebran cada año esta purificación de cuerpo y espíritu, allí reina la paz, el amor y el buen rollo, reparten abrazos fraternales, comidas copiosas para ahuyentar el hambre, toman bebidas espirituosas para depurar el espíritu, incluso algunos fuman alucinógenos para viajar por el universo o morirse de risa, que luego contagian a los demás.

Durante el día, los creyentes se reúnen en esta ermita, juntos rezan a sus dioses respectivos, cantan sus alabanzas, comen el sagrado pan y beben el sagrado vino.

 Por la noche quitan los santos y las imágenes religiosas, esto se convierte en una especie de discoteca, yo no participo ya que según me dicen, bailan unos con otros, beben mas, (no digo de la cuenta) pero beben mucho, sudan como poseídos, hacen orgias de todo tipo e incluso ritos raros.

 

Por el día, se levantar tarde y poco a poco vuelven a la realidad, de nuevo se ponen en marcha para realizar pequeños paseos, desayunan un poco, luego hacen vida comunitaria, cuentan sus aventuras, historias de mariacastaña, batallas ganadas, (las perdidas solo las cuentan cuando están borrachos) si te descuidas también te cuentan sus penas, los mismos problemas de conciencia, pecados, algunos de juventud cuando besaron a la novia por primera vez, entonces era pecado, a pesar de eso seguían besándola, después de todo era necesario para la supervivencia de la especie.

Esta vez, como ya conocían mis dotes culinarias me concedieron el titulo de cocinero mayor y gran jefe fogoneroquemaleñas, para tanto menú requerí la ayuda de un ayudante, aunque lo escogí por guapo, resultó ser un aprendiz muy adelantado, cocinó con maestría y desparpajo, dándole el punto de cocción adecuado, casi un artista, desde cerca nos vigilaba mi sargenta, no sé si para asegurarse de que la cocina estaba limpia o para evitar que nos diéramos besos.

Todo salió como tenía que ser, el equipo era sin duda el mejor, luego las excelentes camareras ataviadas con faldas cortas hacían las delicias de los contemplativos comensales.

Resultó ser un tipo tan cojonudo que estoy intentando que también sea mi amigo, ya os advierto que goza de mi protección y si alguien le ofende, al día siguiente le mando un emisario para acordar que tipo de arma, lugar y hora.

No me gustó ni un pelo que los organizadores contrataran un restaurante portátil, señal que no conocían mi prestigio culinario, al final eran tan buena gente que los incorporamos como complemento par los postres y los cafés, a cambio de darles algunos trucos de cocina y manejo de fogones ellos nos servían cervecitas frescas.

Tampoco faltaron los fantasmas chupacamaras, están en todos los lados la cuestión es hacerse notar y dar la nota.

Lo que no calculó la organización es que al nombrarme cocinero, se perdieron al mejor reportero del mundo, de eventos lúdicos festivaleros furgonetiles, no pude hacer mis fotos de incognito y poner mí fina oreja en los cuchicheos de los corrillos criticones y arregla casas de los demás, espero que si hay algún aprendiz de reportero o aficionado a las habladurías nos

las cuente.

Solo tuve tiempo de inmortalizar al PEPE tranquilo y su cuñada al fondo en plena reflexión, mientras los demás daban rienda suelta a su gula devorando todo lo que estaba al alcance de su mano.

Gracias por dejarme pasar este fin de semana con vosotros todos.