Ahora que ya tenemos gobierno, con los políticos ya más
relajados y menos broncos, les dedico esta poesía que me recitó mi abuela, hace
unos cincuenta años, pero que sigue estando en vigor, para desearles suerte a
todos.
Dice a si:
Me llamaste tú a mí, pera podre.
Siendo tú
manzana podrida.
Las peras podres
aun se comen.
Pero las manzanas se tiran.
No debes llamarme ladrón.
Eres tu el que me estas robando.
Yo vivo del sudor de mi trabajo.
Tú vives de hacer contrabando.
Tendrás todo el dinero del mundo.
Gente que te aplauda y te alabe.
Cuando se te acabe el dinero.
Nadie a ti querrá acercarse.
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