Hoy voy a empezar por felicitar a todas las personas
que se llaman ANTONIO, yo como no soy muy santo, no lo celebro, pero si mi
felicitación hace más felices a los que si lo celebran, ya me doy por
satisfecho, que a eso estamos.
Aprovechando que
estoy delante del teclado os cuento, el otro fin de semana corrí la women race,
hacía años que no corría, pero como era contra el cáncer me apetecía, solo eran
5 kilómetros por las calles de Sabadell, mi preparación fisca para correr no
era la más idónea, pero puse todo el empeño en terminarla, (eso sí andando casi
la mitad del recorrido,) el tiempo empleado, aunque no era lo importante fue de
33 minutos, 19 segundos y 80 centésimas, satisfecho por recordar mis viejos
tiempos de corre carreras aficionado, sin embargo no paso para mi desapercibido
que entre los 1500 corredores, a ojo de buen cubero, no había más de 100
hombres, aunque la carrera se llamara carrera de mujeres, hombres de Dios, el
cáncer es de todos, además debemos apoyar a las mujeres no en vano todos le
debemos nuestra vida a una mujer y casi desde que nacemos hasta que morimos o
las necesitamos o las perseguimos para estar junto de ellas, mi ZASCA a todos esos que piensan, obran, maltratan,
denigran, menosprecian o ignoran a las mujeres.
Aprovechando la ocasión, quiero dedicar estas letras a
todas las personas que luchan para superar esta enfermedad y a los médicos que
tratan de curarles o ayudarles, como mi debilidad son las mujeres, se lo dedico
a ellas, quiero hacer una mención especial a todas las gallegas pensando en las
del norte de Galicia, digamos una especial, amiga mía de Esmelle, otra más de
interior, digamos de Lugo, concretamente de Ocelle.
No puedo dejarme en el tintero a una vecina de Sabadell y amiga, después de superar la dura enfermedad, casi recuperada tubo que revivir todas sus malas experiencias, esta vez en su marido, que en menos de un año le dejó, ellas valientes como nadie, supieron sufrir y superar con éxito esa terrible enfermedad, ahora nos dan ánimos a nosotros para caminar por la senda de la vida, sin temor ni desfallecimiento, superando las piedras y tropezones que nos ponen a lo largo de nuestro camino.
No puedo dejarme en el tintero a una vecina de Sabadell y amiga, después de superar la dura enfermedad, casi recuperada tubo que revivir todas sus malas experiencias, esta vez en su marido, que en menos de un año le dejó, ellas valientes como nadie, supieron sufrir y superar con éxito esa terrible enfermedad, ahora nos dan ánimos a nosotros para caminar por la senda de la vida, sin temor ni desfallecimiento, superando las piedras y tropezones que nos ponen a lo largo de nuestro camino.
Gracias amigas por darle un nuevo sentido a mi vida.
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