viernes, 12 de febrero de 2016

EL PERGAMINO

Hoy tal vez influido por el espíritu de San Valentín, os voy a contar una historia que jamás conté a nadie, sucedió más o menos por estos días, del año 1969, un amigo gallego me invitó a acompañarle un domingo al baile del centro gallego en Barcelona, al parecer, él había estado y tenía alguna moza que le gustaba, como vivíamos en Sabadell teníamos que coger el tren para ir, no me importó ya que no tenía otra cosa mejor que hacer, además, ir a la capital siempre es un aliciente.
Al llegar, él se fue en busca de su princesa, mientras yo me tomaba un cubata, al tiempo que observaba el ambiente y las posibles bailadoras, yo siempre fui de tiro fijo, primero miro y calculo las posibilidades, al tiempo que pienso como impresionarla para no fallar.
Pronto observé a una bella moza, muy de mi estilo, después de tomar otro cubata para coger valor, me acerqué y le dije; ¿me haría tan bella dama el honor de compartir este baile conmigo? Después de mirarme de arriba abajo accedió a mi petición, resulto ser mucho más bella de lo que yo creía, llevaba el ritmo muy bien y era alegre y dicharachera, resulto ser gallega, (tengo que confesar que las gallegas siempre fueron mi punto débil), (al final conseguí una), bailamos casi toda la tarde ya que yo renové mi petición, diciéndole que bailaba tan bien que me parecía ser una nube bailando en el viento y que mi deseo seria bailar toda la tarde con ella, hasta que ella considerara suficiente.
Quedamos en vernos al domingo siguiente, durante toda la semana le di vueltas a mi cabeza, estaba seguro que esta sería mi primera novia y tal vez la definitiva, pasé la semana encerrado en mis asuntos, pensando que era muy afortunado al encontrar a mi princesa y sobretodo preparando el mejor discurso para conseguir impresionarla y viera en mi su príncipe y accediera a mi petición.
Nada más llegar la fui a buscar y salimos a bailar, estaba tan nervioso que sin mediar casi palabra le recité una poesía que había creado para ella, decía así:
Bendito sea el momento,
que tus ojos me miraron.
Encendieron en mí el amor,
no puedo dejar de mirarlos.
Tú serás mi primer amor,
pongo por testigo al cielo.
Quiero beber en tus labios,
el perfume de tu cuerpo.
Me deslizaré por el valle,
que tienes entre tus senos.
Llegaré hasta la llanura,
objeto de mis deseos.
Seguiré bajando hasta el bosque,
que oculta tu paraíso.

Entraremos juntos en el,
pues es el momento preciso.
Para que entremos en la gloria,
del placer, la lujuria, la locura.
Sellando así nuestro amor,
lleno de cariño y ternura.
Estaba tan emocionada que su cuerpo temblaba, solo acertó decir; me gustaría que me la apuntaras.
Por supuesto que te la apuntaré, prometí, quedamos que al domingo siguiente se la traería apuntada, de regreso la fui repitiendo mentalmente para no olvidarla, ya que solo estaba escrita en mi memoria, el lunes compré un pergamino y escribí mi poesía tal cual se la había recitado, también le adorne todo el rededor de corazones, flores y besos, enrolle el pergamino y lo ate con una cinta de seda roja.
Al domingo siguiente yo y el pergamino fuimos a su encuentro, al llegar no estaba, la esperé hasta el final sin poder verla, segui acudiendo a su encuentro durante seis domingos más, nunca volví a verla, dolido y desesperado, tiré el pergamino a la basura y no volví a pisar el centro gallego.
Nunca conté a nadie lo sucedido ni me atreví a recitarle esta poesía a ninguna otra moza, por miedo a que se asustara y me dejara, quizá es que solo estaba escrita para ella y no me atreví a decírsela a otra.
Después de 45 años y pensando que San Valentín lo merece, pensé en dedicarla a todos los foreros y como estaba dedicada a una gallega, me van a permitir ustedes que se la dedique en especial a todas las foreras gallegas.
Saludos

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejame un comentario

Archivo del blog